domingo, 23 de septiembre de 2012

El cuatro es el numero magico, sumo todas las cifras de cada momento a ver si da cuatro.

Me visualizo en una terraza rodeado de cuatro amanerados hablando de cotilleos como la mesa de la tertulia de Ana Rosa Quintano. Poniendose hasta el ojete de cerveza mientras va saltando uno o dos aleatoriamente en la mesa,...cuando no es uno, es otro...los cuatro y la travesti, que dicen que no hay quinto malo.

Esta noche vi una mesa con una chica y tres amanerados del monton, pendientes de la gente que pasaba con las cejas en arco y perspectiva de critica. Yo quiero tener un perro coquer y varios tertulianos amanerados del monton. Se lo pido a los Reyes Magos. Cada vez que vaya a una terraza, los cuatro al rededor hablando como cuando pones la radio de fondo, y uno abstraido en su consumicion.
Y ellos hablando con la muletilla 'verdad, delgado?...a que si, delgado?... - y yo ummmmm- mientras bebo, a lo mio, asintiendo, sin perder quite del asunto, como una presencia omnimoda y silenciosa. Pero rodeado de los cuatro amanerados. Como el tres en raya.

Yo quiero sentarme en una terraza rodeado de gente gay y disfrutar de la musica ambiental.
Pero bueno.

Cuando eres joven sientes la vidilla en el cuerpo y haces locuras como debe ser. Hacer locuras no es meterse una raya, hacer locuras es acostarse con ocho tios y abrirte el culo a lo bestia, por poner un ejemplo. O acostarte con tres cada dia. Hacer locuras...Poder llegar a viejo y decir 'hice mi vida como me dio la gana COÑOOO'

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