sábado, 26 de marzo de 2011

Querido Mathiu: Desearia decirte algo.

Hoy he tenido una experiencia plural. Sinceramente desearia abrazarte y besarte, sentir tu sonrisa cálida, aniñada y dulce, afeminada pero no cruel, blandamente dulce como esas hojas que se llevó el viento para no volver...Desearia volver a recuperarte un momento, hacernos fotos juntos, fotos divertidas, y decirte que te tumbes en la cama rodeado de plumas y peluches y encontrar el angulo y la luz, como aquel dia que un solitario y extraño turista gay me pidió que le hiciera una foto en aquel lugar. Estar sobre la arena con la toalla en las manos alzada como una bandera, Mathiu, recorrida por el viento como una caricia mansa, que expira en el deseo. Debo confesar que antes de conocerte, tuve celos en dos ocasiones, aquel dia cuando hablabas con tu amiga, sonriendo de humor y de dulzura...¡qué injusto no poder disfrutar de un momento así!...La segunda vez, cuando quisiste tambien en verano, robarle un beso a tu amigo heterosexual cogiendole de las mejillas mientras el lo evitó bruscamente...Me partió el corazon, por ver como se vertia en la nada un beso de labios tan exquisitos, como jamás pudiera...imaginar ahora, Mathiu, acurrucado desde lejos...a traves de un lustro, a traves de la luz.

Ahora mis palabras se tornan antipaticas como una llama triste en medio de la noche, y siempre estaran las malas que quieran opinar como si hablaramos para ellos, y no para nosotros.

¿Qué cómo he pasado el dia Mathiu?...Gracias por agasajarme con tu inquietud y tu solícita dulzura incondicional, propia de Mathiu...Debo confesar que mi experiencia gay de hoy, ha sido harto intrincada y ardua...Me habia comprometido para salir, pero siento que alguien hirió mi sensibilidad con la dureza de su  mirada, un joven gay desalmado en cuya mirada anidaba la búsqueda de la frialdad y no de la complacencia de una sonrisa involuntaria...Giró con repugnancia defraudadamente y me hizo sentir impotente, hecho polvo, Mathiu...Los vi caminar en circulo como zombis...y no pude ir, no pude...ya  no tolero volver a ser rechazado en la manifestacion mas sensible, mas leve y minuscula...ya no soy capaz...

Los alemanes sonrien al borde, en la orilla del sol sobre el alero, como cosas amarillas
que aún no soy capaz de identificar. Las sonrisas permanecen como la luz, al mismo tiempo, con la misma velocidad.


Esta noche esperaba encontrar a un joven universitario, pero encontré un hombre, un hombre al que lucir un momento ante la mirada atenta de unos jovenes desgraciados atentos para juzgar,  y decir algo como lo que esuché: '' a los hombres le gustan los jovenes trabados como él...''- mirandome cogido de su novia, pienso que con envidia. Los jovenes comentando con envidia de maliciosa impotencia, no creo que merezcan mi atención, y menos aún mi amistad. Han demostrado estar solo para juzgar como lo hacen sus abuelos y para hacer comentarios crueles, no para vivir la amistad, ni para disfrutar de nada...Esta ciudad será siempre un foco de habladuría y de juicio-con sentencia incluida, de un jurado ignorante-. El dia de los mogollones tambien estuvieron para juzgar, ''ahi te quedas solo por hacerte el loco cuando te saludaron...trabado...'', ahogado en una multitud.

Algo que no consigo es poner acento canario, no puedo, es dificil, aún siendolo de nacimiento, creo que la naturaleza se revela contra la injusticia. Mis cuerdas vocales se obstinan por alguna extraña razón en pronunciar vosotros, autobús, caprichosamente...
No sé, Mathiu...

Ahora pienso un momento, en aquel dia, y en esos jovenes gays que ni siquiera conozco, como figuras luminosas, candidas y positivas, en medio de la carroña de la gente que da pábulo a la palabra de critica infundada, los infundios del maximo desprecio: LA IGNORANCIA, la envidia, el odio, el asco, la iniquidad....

Creo Mathiu, que solo se debe ser indulgente con aquel que merece el calor del corazon, quien conquista la ternura sin hallanarla, y quien no esta dispuesto a jugar con las esperanzas de disfrutar de momentos felices, aquel que no hipoteca nuestra postrimera juventud...

P.D.: He vuelto a ver al camarero gay, de siempre, más llenito que de costumbre, creo que me he enamorado, pero debe ser constante con la dieta, es un camino seguro, recto y duro, hacia la gloria, esa ahi, oculta en el bajo vientre esperando ser descubierta.

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